Los legendarios Molinos del

Campo de Criptana

En el país de La Mancha, los molinos de viento sobresalen como altos faros vistos desde la mar

Una de las imágenes más simbólicas y evocadoras del alma y el paisaje de España son sin duda sus molinos de viento. Estas blancas figuras evocan sobretodo la fábula del Quijote, quien creyéndolos gigantes y con la frase de ¡Non fuyades cobardes!, arremetía contra ellos para ser finalmente derribado de su montura por una de las revoluciones de sus aspas.
Este pasaje de la novela de Cervantes, inscrito en la memoria del espectador, cobra nueva vida cuando se tienen delante de sí las figuras de gruesos cilindros rematados en punta y que tanto resaltan en el sobrio paisaje castellano.
La Mancha es la región que concentra los lugares más afamados de molinos españoles. Aquí existen incluso diversas rutas turísticas encaminadas a ir en pos de los molinos recorriendo llanuras, castillos, aldeas y monumentos históricos en una travesía variada y cautivante. Entre las villas y parajes donde se pueden apreciar los molinos destacan Consuegra, Tembleque y Madridejos, las cuales se encuentran a una corta distancia al sur de Toledo. Cerca de ahí, en El Romeral, cada mes de mayo se lleva a cabo la Fiesta de Los Molinos, con animadas representaciones en vivo de escenas del Quijote.
Pero el destino considerado como el más representativo de la arquitectura de los grandes molinos es el Campo de Criptana. En esta villa se distribuye un conjunto de diez molinos de viento conservados en el accidentado perímetro conformado por la ladera y la colina que circundan la plaza, y que en 1978 fueran declarados como Bien de Interés Cultural.
La antigua comarca era ya muy productiva desde los tiempos de Felipe II, y en 1752 se describe un nutrido conjunto de hasta 34 molinos. Debido a la aparición de granos importados y de nuevas tecnologías, a lo largo del tiempo el número fue decayendo gradualmente, aunque los restantes continuaron funcionando hasta entrados los años 50.
Afortunadamente la decena de molinos que hoy vemos ha sido bien preservada y en la actualidad se utiliza también para albergar una atractiva variedad de contenidos de interés cultural y artístico. Cada uno de ellos tiene su nombre propio. Los más antiguos datan del siglo XVI y llevan el nombre de Molino Infante, Molino Sardinero y el Molino Burleta, también conocido como “Burlapobres”, por la sospecha de prácticas fraudulentas por parte del molinero. En las mañanas del primer domingo de mes, aquí se escenifica una molienda tradicional, y durante julio y agosto, ésta se realiza por las noches, en el primer sábado del mes. Las instalaciones de estas tres torretas aún conservan la estructura y mecanismo originales del siglo XVI.
El elenco de los demás molinos se compone de la siguiente manera: el Molino Culebro, está dedicado a una exhibición sobre la vida de una de las personalidades más célebres de Criptana –Sara Montiel; el Molino Poyatos, brinda información turística; el Molino Garcilaso, contiene una muestra de instrumentos de labranza; el Molino Cariari está dedicado al cine y a la personalidad del afamado escenógrafo Enrique Alarcón, nacido en la localidad. Por su parte el Molino Quimera exhibe una muestra de la vida y obra del poeta chileno Vicente Huidobro; el Molino Pilón está dedicado al vino y finalmente, el Molino Lagarto alberga temas alusivos al arte de la poesía.
El otro atractivo característico de la Sierra de los Molinos son sus rústicas y ancestrales Casas-Cueva, incrustadas en la ladera y que han servido tanto como alojamiento a los vecinos, así como de bodegas para almacenar granos y cosechas.
Además del encanto de sus molinos, Campo de Criptana también posee importantes atractivos dentro de su casco histórico, en donde se asienta el Barrio del Albacín, arquetipo de la arquitectura provincial manchega, con sus estrechas y escarpadas calles, con edificaciones de teja árabe y muros en blanco y añil.
Asimismo sus museos exhiben la obra de notables artistas nativos como Severiano Lucas, con sus recreaciones de viejos carruajes y molinos a escala, o Antonio Manjavacas, consumado orfebre de figuras en alambre, así como Eloy Teno, escultor de estilizadas figuras en metal con marcados rasgos contemporáneos. Otro sitio relevante es el monumento de El Pósito, un edificio que regulaba el negocio del grano y que ha sido galardonado como una de las mejores restauraciones de Europa. De igual manera sus iglesias, ermitas y conventos, al igual que sus gratas y confortables posadas y restaurantes contribuyen a la experiencia de una estancia grata y placentera.
En invierno, Campo de Criptana es también todo un espectáculo, en donde el color de los molinos se funde en el níveo manto de la nieve que pinta con maestría una de las estampas más icónicas y entrañables de España.

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