Torre de Hércules

En el apartado litoral de Galicia aún centellea la alta luz 
del faro más antiguo del mundo

La Torre de Hércules es un ámbito espectacular asentado en el punto en donde España termina y el Océano Atlántico se abre como una planicie marina abierta hacia un horizonte ilimitado.
Su fisonomía destaca no solamente por su imponente altura, sino también por su longevidad, ya que fue edificada en el siglo I por los romanos, Así ha permanecido en pie durante veinte siglos, un hecho que lo convierte en el faro más antiguo de la humanidad, y el único vestigio de esta índole de todos los que se construyeron durante los más de 1,000 años de la época imperial.
Este lugar emblemático siempre ha estado envuelto en un aura de leyenda. En la Crónica General de Alfonso X el sabio, se habla de sus orígenes ligados a la mitología romana, en la que se cuenta como la región de Brigantium, de origen celta, estaba asolada por el dominio del rey Gerión, un gigante descomunal, originario de Tarsis, quien exigía la mitad de sus bienes a todos sus súbditos, incluyendo sus propios hijos. Para liberarse del yugo del tirano, sus habitantes solicitaron la ayuda de Hércules, el cual acudió a enfrentarse con él. Ambos titanes se enfrascaron durante tres días en una fragorosa batalla, hasta que finalmente Hércules salió vencedor, dando fin a su adversario. A continuación levantó un túmulo conmemorativo de rocas que posteriormente se convirtió en una torre, y cerca de ahí fundó también una ciudad costera. En esos pasajes se menciona que la primera mujer que llegó a ella se llamaba Crunna y de donde deriva la actual voz de Coruña, que identifica a la capital de Galicia.

Los influjos que marcan su personalidad continúan: Se piensa que fue moldeado de acuerdo al arquetipo del Faro de Alejandría, que se destruyó en el incendio que devastó esa gran ciudad en donde se encontraba la biblioteca más grande del mundo,
El aspecto actual es más elevado que el de entonces, ya que su altura se incrementó a partir de las obras de restauración efectuadas durante el siglo XVII para devolverle su antiguo esplendor. Asimismo su diseño ha variado, ya que originalmente sus ventanales estaban dispuestos en forma asimétrica y la lumbrera se hallaba al final de una construcción helicoidal. Las etapas sucesivas de restauración, iniciadas en 1679 por el Duque de Uced y posteriormente concluidas durante el reinado de Carlos III en el siglo XVIII, bajo los cánones de la arquitectura neoclásica, resguardaron en su interior las características de la era romana, que aún podemos apreciar hoy en día,
Con su altura de 57 metros, el faro es el tercero más grande de España. Para ascender hasta la cima se tienen que remontar sus 235 escalones y desde su plataforma superior; pero una vez superado este desafío, en los días claros, se puede disfrutar del paso de los barcos y navíos, diversas rías, así como del contorno de las islas Sisagras, gracias a una visibilidad de cerca de 40 kilómetros a la redonda.
La vista a este paraje gallego es sumamente agradable, ya que el faro está inscrito dentro de una verde explanada formada por amplios prados que limitan con los riscos y acantilados rocosos contra los que choca el oleaje. A su vez está rodeado del Parque Escultórico, salpicado con diversas obras de renombrados artistas contemporáneos. También, al pie de la colina se asienta el Aquarium Finisterre, una construcción de grandes proporciones que alberga una fascinante gama de especies marinas que se pueden apreciar dentro de sus grandes estanques, al igual que en sus amplias piscinas al aire libre con gran número de focas y aves que recrean su entorno natural.
Dada su relevancia y singularidad, en el año 2009 la Torre de Hércules fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Otra de las distinciones que ostenta el monumento es el estar hermanado con dos lugares emblemáticos de América: la Estatua de La Libertad, debido al soporte logístico que significó durante la Guerra de Independencia de Norteamérica, y el Faro del Morro, en la Habana.
Hoy en día recorrer el Faro de Hércules nos brinda la oportunidad de vivir una experiencia variada y entrañable que infunde una sensación de grandeza, en la cual naturaleza e historia se reúnen en una amalgama sin par.

Responder a